La creatividad al servicio del otro
Virginia Zapico es una joven diseñadora gráfica, docente de la Universidad Católica de La Plata y trabaja en una editorial en Capital Federal.
“El año pasado volví de un viaje y estaba buscando trabajo y tenía mucho tiempo libre dije: Voy a ayudar a alguien o a alguna institución. A donar algo de mi tiempo”, relata.
No recuerda cómo llegó al Banco Alimentario, pero afirma que “finalmente fueron los únicos a los que ayudé, porque me enganché mucho. Surgieron trabajos interesantes y preferí dedicarme de lleno al Banco”.
“Personalmente esta buenísimo poder ayudar a algo o a alguien sin esperar nada a cambio. Es la sensación esa de que estás haciendo algo bueno y que les sirve a otras personas. Y más cuando esa persona realmente lo necesita”, agrega.
“En lo profesional yo había hecho ya comunicación institucional. Pero me gusto porque sabía que iban a surgir eventos distintos y que cada uno iba a tener su particularidad, y que podía activar mi creatividad de nuevo”, asegura.
Además, afirma que al donar tu trabajo, “la satisfacción es enorme. En ese momento, cuando empecé a colaborar con el Banco, yo necesitaba sentirme útil. Y te aseguro que cumplís las expectativas y mas, conocés gente genial, y además está el hecho de saber que estas ayudando a alguien que realmente lo necesita”.
Virginia recuerda que su primer trabajo para el Banco Alimentario fue el diseño de los materiales de comunicación de la cosecha anual de kiwis del 2012, y afirma: “Yo siempre me imagino siendo viejita y contándole a mis nietos: Yo una vez coseché kiwis porque no todo el mundo lo hace”.
Y concluye: “Es como juntar experiencia: como si te armaras un currículum paralelo al profesional, pero de vida”.
CURRÍCULUM VITAL