Con los productos que recibe del Banco, “El Quincho” entrega, todos los meses, bolsones de mercadería destinados a las familias más necesitadas de los barrios periféricos de Berisso en el marco del proyecto “Compartir”.
Paulo trabaja en el barrio Santa Cruz de Berisso desde hace ya cinco años. El Quincho, surgió como un punto de apoyo para toda la comunidad. Se trata de un proyecto de desarrollo integral para los vecinos del barrio. Allí realizan clases de música, talleres de apoyo escolar, circo y manualidades y además poseen una juego teca para los niños.
También dentro de El Quincho, funciona el proyecto “Compartir”, cuya principal actividad gira en torno a la entrega de bolsones de mercadería a las familias de los chicos que participan de los talleres y actividades. Para armar esos bolsones, reciben las bolsas del Ejército de Salvación y la mercadería exclusivamente del Banco Alimentario de La Plata.
“Hemos recibido ayuda de otras instituciones también, pero lo más confiable, porque todos los meses hacemos el retiro de mercadería y con esto nos programamos para la entrega de los bolsones, viene del Banco”, asegura Paulo César Ferreira, presidente de la Asociación.
Luego, al referirse a la inundación, afirma que se trató de un episodio que marcó, para todas las instituciones que trabajan con el Banco, una bisagra.
“Porque se sumó la necesidad de siempre con la tragedia del momento. Nosotros quedamos como uno de los puntos de referencia del Banco Alimentario en Berisso. Entonces el Banco nos mandaba la mercadería y de ahí entregábamos a otras instituciones y también directamente a familias”, agrega Paulo.
Además, asegura que, durante la inundación, el Banco funcionó como un canal para que la ayuda llegue de manera correcta y en calidad a la gente.
“Nosotros, como cristianos, siempre decimos que más que entregar la mercadería, debemos hacer un gesto de amor. Entonces la manera en que la mercadería llega a las familias necesitadas también cuenta. Y lo que a mí me llamó la atención y me dio mucha satisfacción al trabajar con el Banco, fue que se podía atender a las necesidades puntuales de las familias también, no solo de las instituciones”, agrega.
“Y pensar que todas estas donaciones, si no nos llegan del Banco, irían a parar al relleno sanitario, al descarte”, asegura Paulo.
“El impacto de esa acción es muy grande, porque también ayudamos a cambiar el hábito de alimentación en el barrio. Este mes, por ejemplo, tuvimos mucha sopa gracias a la verdura que nos llevamos del Banco. Y la gente agradecida porque sabe que es simple: el jueves venimos al Banco a buscar la mercadería y el sábado les mandamos mensaje de texto para que la vengan a buscar”.