HAY EQUIPO

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Rugby solidario

“Hace unos cinco años el Club, a través de la presidenta del Banco, empezó a enterarse cuál era la función y las actividades del Banco y a colaborar de manera desinteresada con el voluntariado de entrenadores y jugadores. Comenzamos a hacer algunas actividades en conjunto y por suerte año a año lo fuimos repitiendo”, cuenta Javier Tomeo, ex jugador y entrenador, actualmente encargado del Área Social del Club.
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Javier explica que, para el Club, la tarea de voluntariado en el Banco Alimentario cumple una doble función:
“Por un lado, nos genera un vínculo con la sociedad y sus necesidades; y, por el otro, nos enseña cosas nuevas, que no sabíamos y que tienen que ver con la función del Banco”.
“Yo no era consciente de lo que el hombre desperdicia y de esa hipocresía que significa que haya hambre y que nos demos el lujo de desperdiciar lo que nos sobra.”, afirma.
El voluntariado de los jóvenes surge, para el Club, de la idea de utilizar el deporte como un mecanismo, una herramienta, y no como un medio en sí.
“A través del deporte intentar trabajar y fortalecer la formación en el trabajo colectivo y social. Darles herramientas a los jugadores y a los chicos que pisan el Club para poder construir cosas en equipo y relacionarse en conjunto”, explica el encargado del Área Social.
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“Y el Banco nos generó la posibilidad de brindarles a los chicos otro tipo de actividades a las que ellos están acostumbrados”, agrega.
“Por ejemplo, la Cosecha de Kiwis que viene siendo un clásico”.
Los chicos del Club, también colaboran en la “Chocleada” donde, cuenta Javier: “Van con sus cuchillos y guantes a pelar y a trabajar en el Banco”.
Además, en esas actividades, recuerda el representante del Club, “siempre hubo alguien del Banco Alimentario explicando a los chicos lo que estaban haciendo y el resultado de ese trabajo, y eso fue muy gratificante para todos”.

chocleada rugby

La tarea de voluntariado tiene, para los representantes del Club, otra misión que Javier explica de la siguiente manera:
“El rugby tiene ciertos estereotipos. Es un deporte que siempre fue caracterizado de elitista, de puertas cerradas. Y el Club se ha comprometido, en las últimas décadas, a derribar esas paredes altas”.
“El objetivo es que los chicos que van al Club no reciban sólo una formación deportiva, sino aprovechar esa motivación que tienen, esa capacidad de organización, para fortalecer los vínculos con la sociedad”, agrega Tomeo.
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Respecto de la principal motivación de los jóvenes  para participar en las actividades, Javier afirma que se relaciona con la misión del Banco Alimentario:
 “Y el ejemplo de otros voluntarios, tanto las personas que están donando su cosecha como las que están en el Banco trabajando. Ven que con muy poco se puede hacer muchísimo. Por eso, no les parece un sacrificio. Al contrario, para ellos es gratificante y muchos piden volver a participar”.